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Ley pareja no es dura, dice el refrán, y parece que las normas para partidos políticos son duras para los que están en formación, pero muy flexibles para los que ya existen. Todo partió con una norma muy lógica: cuando se aprobó entregar dinero público a los partidos, se obligó también a depurar los padrones inflados reinscribiendo a sus militantes. Pero, hubo un detalle: mientras que para inscribirse en los partidos nuevos -como Evópoli, Revolución Democrática o Ciudadanos- se exige un engorroso procedimiento ante notario, para reinscribirse en los tradicionales se permitió hacerlo con clave única vía internet.

Las facilidades no fueron suficientes: el plazo para refichar a 18 mil militantes vence en abril, y algunos partidos como el PPD, aún están muy lejos de esa cifra. Ante la alarma, el Servel esta semana flexibilizó nuevamente sus exigencias: ahora, bastará un mail con el carnet escaneado para volver a militar en un partido.

El diputado Jackson habló de “fraude y tongo”, su colega Boric de una “verguenza, en que los partidos arreglan la ley a su pinta”, y anoche en este programa también el presidente de la cámara de diputados criticó al Servel. El servicio se defiende diciendo que no es lo mismo inscribirse por primera vez que renovar el fichaje, y que no están cediendo a las presiones de los políticos.

Parece positivo dar facilidades a quienes quieran militar en un partido, sea nuevo o antiguo, y hoy muchos servicios públicos funcionan sin problemas a través de internet. Lo que no se entiende es por qué un sistema puede dar todas las garantías cuando se trata de partidos antiguos, pero no servir en cambio para los movimientos emergentes.

Ley pareja no es dura. Y las facilidades deber ser para todos los chilenos que quieran militar en un partido, sin importar la sigla ni la fecha de fundación. Otra cosa, suena más bien a un intento por evitar la competencia y dejar el poder en manos de los mismos de siempre. 

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