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Más de medio millón de chilenos tiene hoy un signo de interrogación en su cabeza respecto de qué va a pasar con su isapre. Y unos cuántos suman a ese signo de interrogación otro de rabia cuando fueron a su clínica y se encontraron con que los convenios de Masvida habían terminado. Eso los obligó a pagar la totalidad de la prestación y luego ir a una oficina de la isapre a reembolsar la boleta. Desde el año pasado que la llamada “Isapre de médicos” arrastra una situación financiera extremadamente difícil. La Superintendencia de salud ya inyectó 20 mil millones de pesos para evitar un desastre mayor.

La sorpresa es mayúscula, porque durante mucho tiempo, esta fue la única isapre que no subía el valor de sus planes.¿ Qué nos podría decir eso? A partir de esta situación se abren una serie de interrogantes, como por ejemplo ¿qué pasa con los afiliados que quieren salir de Masvida, peor aún con los cautivos? ¿qué pasa con los pacientes que tienen planes preferentes en las clínicas que hoy se niegan a trabajar con la isapre antes mencionada, en qué pié quedan las embarazadas?

Qué herramientas tiene el Estado para resguardar algo tan escencial y el derecho humano quizás más fundamental como es la salud? Son preguntas que esperamos resolver en instantes con el presidente de la empresa. Más allá de sus respuestas, lo que estamos seguros, es de que lo que cualquier afiliado espera hoy, es que el voto de confianza que puso cuando firmó un contrato que resguardaba su salud, sea retribuido con honestidad y transparencia por parte de esta isapre.

 

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