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​El Imacec de este lunes fue una sorpresa para el Gobierno. Una negativa, por supuesto: apenas 0,1% de crecimiento en abril, por debajo de lo proyectado por el mercado, en un difícil inicio de año para la economía chilena que no logra despegar.

Lo reconoce el propio Banco Central que recortó el techo de su proyección de crecimiento para este 2017 a solo 1,75%. Que “ya pasó lo peor”, que “la economía chilena se ha ido acomodando bien” al ciclo o que “el mundo empieza a verse mejor”… son algunas de las frases que el  Ministro de Hacienda ha usado para mirar el vaso medio lleno en este momento de bajo crecimiento de la economía chilena.

Pero los famosos “brotes verdes” no aparecen y se sigue postergando la ansiada recuperación que parece aún lejos. Esta vez el Imacec no minero subió apenas un 0,4%. Y el desglose de los datos muestra que esta es la peor racha en caída de inversión en casi 5 décadas, con cuatro años en terreno negativo.

Es cierto que el shock en 1982 o 2009 fue mucho más profundo. Pero un período tan largo con caída de inversión quizás relfeja otras debilidades de nuestra economía, que no están atadas a un ciclo negativo externo o una crisis de comodities solamente. Sino a otro tipo de problemas, que para muchos analistas de mercado tienen que ver con el ciclo político, la falta de confianza y la incertidumbre que a mediano plazo aún no se despeja debido al debate electoral.

A estas alturas parece poco lo que el Gobierno puede hacer para reactivar la economía. Es lo que tendrán que empezar a analizar los candidatos presidenciales, que se verán forzados a incorporar este como uno de sus temas centrales.

Si es que quieren poner su abono a estos brotes verdes que después de meses, se niegan a germinar…
 

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