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Según datos preliminares del organismo, la gran cantidad de lluvia y el verano seco que se anticipa, podría ser una combinación compleja para la temporada de incendios 2017-2018.
Esto pues los pastizales que se generan por el agua caída son el principal combustible para la propagación del fuego.
Sin embargo, desde el organismo también se apuntó a la disminución de la sequía, lo que sería positivo dado que la vegetación estaría más húmeda y con menos posibilidad de que se queme fácilmente.
Por otra parte se hizo hincapié en que la última temporada de incendios se registró tras casi nueve años de sequía.
CNN Chile destaca
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