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(CNN Español) – La ‘nube’ de Rusia está creciendo encima del presidente Donald Trump y amenaza con amargar otra semana a la ya asediada Casa Blanca, mientras uno de sus aliados más cercanos trata de evitar un espectáculo público en el Capitolio.

El anuncio del fiscal general Jeff Sessions de que testificaría ante los investigadores del caso Rusia en el Senado tomó por sorpresa a todo el mundo, incluyendo al comité de inteligencia. El foco estaba en Sessions y en si podría aparecer frente a las cámaras de televisión como lo hizo el exdirector del FBI, James Comey, la semana pasada, cuando 19,5 millones de estadounidenses vieron la sesión en vivo.

Este lunes, el comité de inteligencia del Senado anunció que Sessions testificará en una audiencia pública ante ese comité este martes en la tarde.

El principal enlace de Trump en el Congreso, Marc Short, admitió la semana pasada en una llamada con reporteros que las preguntas sobre Rusia habían absorbido mucho oxígeno.

El fiscal general está saliendo de una semana desastrosa. Luego de que la Casa Blanca no le diera a Sessions un apoyo público, Comey le dijo a los senadores que Sessions pudo haber tenido una tercera reunión, no revelada, con el embajador de Rusia en Estados Unidos, Sergey Kislyak.

Sessions fue programado para que respondiera las preguntas ante los comités de gastos de la Cámara y el Senado este martes, pero en cambio quería presentarse en el comité de inteligencia. Y aunque en principio existía la posibilidad de una audiencia cerrada, el comité ya decidió que será pública.

La investigación llega mientras el designado fiscal especial Robert Mueller parece estar redoblando su investigación contratando a un puñado de experimentados investigadores federales criminales que podrían hacer surgir problemas más profundos, más graves para Trump y su equipo.

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