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Varias tragedias han sucedido gracias a los mensajes de texto, el más reciente es un caso de Massachusetts en donde una chica incitó a su novio a suicidarse.

El 60% de los adolescentes indica que para ellos los mensajes de texto a través de diferentes aplicaciones es su principal forma de comunicación.

La psicóloga de infantil y de adolescentes Barbara Greenberg, indicó que los jóvenes no saben el potencial poder de sus mensajes.

En 2013 por ejemplo, gracias a los mensajes que intercambió un grupo de amigos de enseñanza media, detallando una noche de exceso de alcohol y en la que hubo un abuso sexual fueron determinantes para las acusaciones de violación en Steubenville, Ohio.

Durante el desarrollo, los adolescentes luchan con la identidad, el control de los impulsos y el hecho de considerar las consecuencias de sus actos, explicaron los dos expertos. Y esos asuntos pueden enlodar las aguas de la comunicación en cualquier medio.

La dificultad para controlar sus ansias hace que sea más probable que los adolescentes caigan en un impulso que, según los estudios, también afecta a los adultos: escribir y enviar algo en una pantalla que nunca dirían en persona.

Otra área delicada en los mensajes de texto es el tono ya que los mensajes que tienen la intención de ser positivos usualmente son interpretados como neutrales y los neutrales suelen leerse como palabras negativas.

Para ayudar a los adolescentes a sortear estas situaciones, los padres deben supervisar sus comunicaciones a un nivel que se adapte a la dinámica familiar, dijeron los expertos.

Y debido a que los temas de las conversaciones en persona pueden trasladarse a los mensajes de texto y a las redes sociales, los padres tienen el deber de hablar con los adolescentes sobre las relaciones saludables y el acoso.

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