A quién le importan los niños? O para ser más precisos, a quién le importan los niños por sobre lo que puedan perder o ganar políticamente a raíz de la crisis en el Sename? No a todos, está claro.
Es cierto que hubo algunos diputados que rechazaron el crítico informe sobre el Sename porque les pareció que aún era débil, que no avanzaba en modificaciones estructurales.
Pero no seamos ciegos, buena parte de los que ayer no aceptaron el informe, ya aprobado por 12 A 1 en la comisión investigadora, lo hicieron después de las gestiones que el gobierno realizó y que ahora niega. Entre ellos 5 diputados que habían votaron a favor en la comisión.
Esas gestiones intentaban evitar un texto que criticaba a la ex Ministra Javiera Blanco, culpándola de una negligencia inexcusable que agravó la crisis histórica del Sename. La misma Blanco a la cual se nombró en el CDE.
Incluso en una minuta La Moneda decía que culpar a un Ministro o a cualquiera a cargo de este tema era responsabilizar a la Pdta: parece lealtad mal entendida más que un argumento válido.
Se agregaba en la minuta que el problema en el Sename lleva años. Mal punto: con ese raciocinio ninguna administración podría ser evaluada, porque todas enfrentan problemas que no se originaron durante su mandato.
Hoy, las autoridades han perdido una oportunidad para responderle a esos niños que, según afirma la Fiscalía, murieron o fueron torturados en el Sename.
Hoy entrar al mal llamado “sistema de protección de menores” sigue siendo un viaje a veces sin retorno o un espacio de desprotección o maltrato. Ahí en el Sename, dejamos y olvidamos a los más vulnerables en Chile.
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