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Con mis hijos no se metan. Es el mensaje del que sus organizadores llaman Bus de la Libertad, y sus detractores, que hoy protestaron contra su recorrido, llaman Bus de la Intolerancia.

Lo respaldan agrupaciones que creen que el Estado no debe intervenir en la educación sexual de sus hijos, menos para enseñarles sobre identidad de género.

La idea nació en España donde decía “los niños tiene pene, las niñas vulva. El que nace hombre seguirá siendo hombre que no te engañen” de la mano del grupo Citizen GO, que  dice que el “Estado debe estar al lado derecho de Dios Padre”, o sea creen en una teocracia.

Muchos exigieron que se le impidiera circular al polémico bus, aunque los mensajes en Chile no fueran los mismos que en Europa.

Hay un delito de odio en este bus que obligue a una medida tan extrema como limitar la libertad de expresión de este grupo? Creemos que no.  Hay fanatismo e intolerancia? Consideramos que sí.

Porque es un grupo que niega la existencia de la identidad de género y que sólo reconoce como fuente del sentirse hombre o mujer la genitalidad. Por tanto que no respeta el derecho de los niños trans de ser reconocidos en sus colegios.

Creemos firmemente que al fanatismo se le derrota con argumentos. Que el mejor antídoto para la sin razón, es la razón. Que la mejor forma, aunque no la más fácil, de desenmascarar la intolerancia es el debate público informado.

Debatiendo les decimos que son intolerantes e incoherentes. Piden “Menos Estado,  Más Familia” Y a la vez sostienen “Nicolás Tiene Derecho a una Mamá y Un Papá”. O sea que leyes impongan cómo debe ser ese grupo familiar. Hasta ahí llega su particular concepto de “libertad”.

 

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