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Esta mañana, un taxista habría expulsado a una mujer colombiana que,según su pareja, comenzó un trabajo de parto en el vehículo, camino al hospital.

Aunque debe ser investigado, el hecho es uno más entre los que están marcando nuestra relación con los inmigrantes.

La semana pasada murió una mujer Haitiana que, acusada de abandonar a su hijo, optó ante la desesperación por azotarse la cabeza en la cárcel.

“El sistema policial y judicial chileno “no fue capaz de comprender la cultura haitiana” dijo el fiscal nacional, Jorge Abbot.

Es cierto, y es consenso que hace falta una nueva ley que finalmente ya está en trámite en el congreso; pero también es cierto que aún así no va a terminar con los inescrupulosos que se aprovechan de la necesidad con redes de tráfico humano,explotación laboral o arriendos inflados para terminar hacinando a los recién llegados, entre otros delitos y estafas que sufren a diario.

Pero más allá, no son leyes las que nos dotan de la necesaria humanidad que nos define como tales, como seres humanos

 

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