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(CNN Español) – “Cinco minutitos más”. Este es el pensamiento generalizado cuando un molesto sonido procedente del despertador suena por la mañana, porque todos queremos estar más rato en la cama.

Sin embargo, algunas personas no comparten esta sensación de paz porque, para ellos, la hora de conciliar el sueño es un suplicio.

Dormir mal se considera patológico cuando se alcanzan los tres meses teniendo problemas de sueño, al menos, tres días a la semana.

La especialista del Departamento de Neurofisiología de la Clínica Universidad de Navarra, la Dra. Elena Urrestarazu, aseguró que “durante el día hay que buscar las mejores condiciones para poder dormir bien”.

Pero ¿qué podemos hacer para evitarlo? Una de las opciones es seguir unos pasos prácticos a la hora de acostarse que favorezcan un sueño de mejor calidad:

  • Habitación en condiciones adecuadas: Se recomienda que a la hora de dormir la habitación esté a una temperatura agradable, en silencio y en oscuridad.
  • Acostarse únicamente cuando esté somnoliento: La especialista de la Clínica Universidad de Navarra explicó que no es bueno forzarse a irse a la cama, ya que puede conllevar el efecto contrario.
  • No usar la cama para otras actividades como leer, ver la televisión o escuchar la radio, sólo para dormir.
  • Una vez acostado, evitar actividades mentales: Planificar las actividades del día siguiente o intentar solucionar problemas activan y retrasan la sensación de somnolencia.
  • Levantarse si no se ha dormido en 10-20 minutos tras acostarse: Levantarse y hacer una actividad relajante favorece dormirse antes que dar vueltas en la cama. Tardar media hora en dormirse está en la media entre adultos.
  • Poner el despertador todos los días a la misma hora y no utilizar el botón snooze: Independientemente de lo que se haya dormido, se recomienda levantase siempre a la misma hora. Y, ¿qué es el snooze? La opción de retrasar la alarma o el despertador.

El sueño tiene diferentes fases que constituyen los ciclos de sueño, finalizando en sueño REM.

Esta última fase se caracteriza por tener una actividad cerebral similar a la de vigilia y el despertar espontáneo desde esta fase es frecuente, con la ventaja de que nos despertamos mucho más despejados, independientemente de la hora.

“En otras fases, especialmente desde sueño profundo, la inercia de sueño es más prolongada y nos encontramos cansados y adormilados”, reconoció la doctora de la Clínica Universidad de Navarra.

Pero el despertador no entiende de esta lógica y nos puede despertar en periodos donde la inercia de sueño, un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, es más prolongada, por lo que “utilizar el snooze conseguirá que se prolongue aún más”, añadió.

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