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Intolerancia. Eso es lo que hay detrás de las personas o grupos que han colocado ya 5 aparatos explosivos como protesta por la visita del Papa. Y es curioso que acusen a otro de lo mismo que ellos adolecen.

Es cobarde recurrir a la violencia y estar dispuestos a dañar a terceros para hacer visible un reclamo que en democracia se debe hacer valer a través de medios legítimos.

Esto no es sobre el Papa Francisco y su visita a Chile. Esto es sobre si respetamos o no el derecho de todos a manifestarnos, a creer en uno o más dioses o en ninguno, a ser de izquierda de derecha o de centro a ser conservador o liberal.

Es sobre si la vida y la integridad de otro, sus bienes y su tranquilidad valen tanto como la mía o no.

Poner una bomba, no es un medio legítimo de protesta: No equivale a manifestarse en las calles. Tratar de acallar al otro o de lastimarlo, es una violencia que como todas degrada no al que la recibe sino mucho más a quien la ejerce.

 

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