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Tercer cuarto en el encuentro entre los Boston Celtics y los Minnesota Timberwolves. Ventaja clara para el local, pero una jugada dejó a los fanáticos con los pelos de punta.
Jaylen Brown arremetió con todo para una clavada que extendería la ventaja, pero nadie imaginó que la estirada a esa velocidad iba a hacer que girara de espaldas en el aire antes de caer duramente al suelo.
Para su suerte -y la del plantel- el jugador se pudo poner de pie un par de minutos después y abandonar la cancha por sus propios medios.
Este viernes en la madrugada clarificó en su Twitter que se encuentra bien, pero “con un dolor de cabeza”.
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